Discriminar a una persona por padecer alguna discapacidad o enfermedad, o simplemente por ser distinta en algo, es una práctica mucho más corriente de lo que se suele admitir.Para enfrentar las diversas formas en que se manifiesta se necesitan acciones que tiendan, por un lado, a disipar el temor que provoca lo diferente, lo desconocido -que es la base de la discriminación-, y a revertir el entramado cultural que descalifica a las mujeres y a las personas de más edad, por el otro.Según datos de un foro de ONG dedicadas a esta problemática, la principal causa de denuncias por discriminación durante 1997, en Capital y el conurbano bonaerense, fue la salud. Sobre un total de 2.000 casos estudiados, el 29,5% se trató de denuncias por temas de salud. El segundo lugar, con un 16%, lo ocupó la cuestión racial y el tercero, que representó un 15,5%, la discriminación laboral.En el rubro salud se incluyen la discapacidad, que motivó el 52,5% de las discriminaciones, seguida por el VIH/ sida -que